Fragmentos de la
realidad, dibujos animados, personajes succionados de alguna cultura extraña de
algún país lejano, fantástica naturaleza, en suma, imaginación, sorprendente y
curiosa, hecha terrenal. La imaginación y destreza de, Andrés Deza.
Andrés Deza, es un escultor que descubrió sus habilidades desde niño, desde la
inicial, me cuenta que un día su madre lo fue a recoger del nido (él tenía
cuatro años) y su profesora la esperaba en la puerta, para enseñarle lo que
había hecho, Andrecito, con plastilina. Un cocodrilo que llevaba todos los
detalles de uno real, como escama por escama. Desde ahí, empezó la aventura, el
viaje por su imaginación.
Estudio algunos años
en la Universidad Católica, pero se retiró, decidió hacer sus trabajos por su
lado. Un buen día, se preguntó, ¿qué puedo vender que sea ingenioso, que sea
fácil de hacer, que no sea muy costoso y que me guste hacerlo?
Al parecer, todo se
confabulaba para que descubra un negocio que cumpla con todos sus requisitos.
Su tía le comentó que la cerámica en frío es un buen material para hacer
trabajos manuales, pues existen de diferentes colores, son maleables y de
rápido secado; es así como Andrés descubre una forma en que sus creaciones sean
duraderas y puedan ser vendidas.
Después de probar
creando distintos objetos para la venta como porta inciensos, ceniceros,
animalitos y todo lo que se le ocurra, llegó por fin a los aretes. Empezó con
aretes sencillos, me comenta; y como quien no quiere la cosa, hizo una
alcachofa, un semáforo y una zanahoria; los llevó a la tienda de una amiga
suya, y ella le pidió que haga solo aretes de ese tipo. Le hizo caso.
Otro buen día del año
2006, caminaba por la calle y se encontró con una amiga que le pasó el dato de
una feria en la Universidad Católica, y que costaba solo 20 soles el stand.
Llevó 40 aretes, uno de cada tipo, es decir, uno de zanahoria, uno de tomate, etc. y
fue así como surgió un negocio a la medida de Andrés. Vendió todos. Cada día de
la feria, tenía más y más pedidos de diferentes personajes y objetos, de esa
manera, Andrés vio un sinfín de oportunidades, un futuro en y para los aretes.
Ahora, sus aretes
están a la venta en las tiendas de diseño independiente, La Pulga y La Azotea;
ya creó su marca, ADM; los crea en serie; hace animales de granja, frutas,
verduras, ceviche, pizzas, huevo frito, marcianos, decapitados, chanchos
voladores, encendedores, cigarros, la lista es infinita, realmente hace todo lo
que le pidan y todo lo que se le ocurra. A demás de los aretes hace árboles con
rostros muy expresivos y todo, todo, tooodo, lo que se puedan imaginar!
De venta en Dédalo- Barranco |
Un Arte, totalmente
innovador, particular y divertido. Para todas las chicas que les gusta salir de
lo común y se identifican con este arte, esta es una buenísima opción.
para ver mejor las imágenes denle click :)
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